Un entretenido “Viaje imaginario a Chiloé” realizaron en el Hogar San Carlos de Recoleta, durante julio. La actividad recreativa permitió a las residentes recordar y disfrutar canciones, costumbres, bailes y recetas de la mítica isla sureña; todo de la mano de los terapeutas y cuidadoras del Hogar.

“La idea era que las residentes hicieran un viaje imaginario a Chiloé, para eso se ambientó el Hogar con una exposición de Telares hecha por ellas mismas y se realizaron actividades típicas de la zona; incluso el tiempo nos acompañó porque fue un día lluvioso, entonces todo eso realmente nos hizo viajar”, comentó la Directora Técnica Administrativa del Hogar de Recoleta, Pilar Martínez.

“En la mañana se partió con una presentación de baile para introducirlas a la actividad, luego se hizo una pausa donde el Equipo de Salud, disfrazados de chilotes, les servimos de almuerzo un Curanto, después continuamos con más música e incluso el médico del Hogar nos visitó e interpretó la canción «El Gorro de Lana” en acordeón y, por último, invitamos a bailar a las residentes”, expresó la Terapeuta Ocupacional del Hogar de Recoleta, Paulina Villar.

“Me pareció muy bonita y entretenida la actividad. Fueron muy responsables todas las personas que lo prepararon. Me gustó el almuerzo completo, los trajes con los que se lucieron, y el doctor tocó muy bonito el acordeón” expresó Virginia Moreno, residente del Hogar San Carlos de Recoleta.

La iniciativa fue coordinada por la Dirección del Hogar junto con el Equipo de Salud, integrado por la Fonoaudióloga, Nutricionista, Terapeuta Ocupacional, Enfermera y Médico, quienes se encargaron de organizar y realizar las entretenidas actividades.

“Para nosotros es súper importante mantener la orientación temporal en las residentes, por eso buscamos que sean temáticas atingentes a cada mes, además la idea es que sean instancias recreativas donde puedan socializar y pasar un momento agradable. Que sepan que a pesar de estar en una institución, pueden disfrutar y vincularse con el exterior”, compartió Paulina Villar.

“La comida fue espectacular, comí todo. Pero sobre todo, recordé y eso es lo que más me gustó. Son más de 20 años que no voy a Chiloé y con las danzas que hicieron los del equipo del Hogar me acordé de tiempos aquellos”, comentó Paquita Vargas, residente del Hogar.

“Es increíble cómo estas actividades las motivan a vivir más, porque en el caso de ellas, participaron proponiendo ideas. Uno podría pensar que los residentes son pasivos y simples receptores de estas actividades, pero no, ellos participan, cantan y rememoran situaciones antiguas, de otra manera no podrían tener esa interacción” comentó la Directora Técnica Administrativa, Pilar Martínez.

Estas instancias también ayudan a fortalecer el ambiente laboral entre los mismos colaboradores, quienes pudieron compartir del almuerzo especial, la música y el baile.

 

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