Con una gran sonrisa y un corazón dispuesto a servir, Mayu Dojun llegó hace pocas semanas a nuestro país para cumplir un sueño: hacer voluntariado fuera de Japón. Hoy, con 30 años, se convierte en la primera voluntaria japonesa en Fundación Las Rosas, como parte de una nueva alianza con la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA).

Mayu se incorporó recientemente al equipo del Hogar María Inmaculada de Casablanca, donde vivirá y trabajará durante un año y medio, compartiendo su experiencia como kinesióloga y su amor por el cuidado de las personas mayores.

“Siempre soñé con vivir en Latinoamérica. Mi esposo vivió en Estados Unidos y Argentina, y aprendió español. Eso me inspiró aún más a lanzarme en esta aventura”, cuenta Mayu, quien por primera vez está fuera de Japón por un largo periodo. Anteriormente, trabajó en cuidados intensivos en un hospital en Tokio y en rehabilitación domiciliaria, experiencias que espera poner al servicio de los residentes.

Además de su rol profesional, Mayu quiere aportar con algo muy especial: una mezcla de culturas. “Me gustaría hacer actividades donde los residentes conozcan la cultura japonesa, que es muy detallista y reflexiva. Y a la vez, aprender de la calidez y cercanía de Chile”, comenta con entusiasmo.

Una alianza con sentido

La llegada de Mayu marca el inicio de una nueva etapa para Fundación Las Rosas, gracias a la alianza con JICA, que promueve el voluntariado internacional como una forma de colaboración solidaria y profesional. Actualmente, hay ocho voluntarios de JICA en Chile y se proyecta la llegada de más profesionales japoneses a distintos Hogares de la Fundación.

Este acuerdo no solo permite el intercambio técnico y cultural, sino que también fortalece la misión institucional de cuidar con dignidad a las personas mayores, abriendo puertas a nuevas experiencias, aprendizajes y miradas.

Le damos la más cordial bienvenida a Mayu, agradeciendo su generosidad y espíritu de servicio. ¡Estamos felices de que seas parte de esta gran familia!