UN TESTIMONIO DE CARIDAD Y SERVICIO – Fundación Las Rosas

UN TESTIMONIO DE CARIDAD Y SERVICIO

Don Pedro Tomás en un fotografía tomada hace dos décadas.

Este lunes falleció en su querida Quillota, don Pedro Tomás Allende González (88 años), destacado empresario y por décadas padrino de Fundación Las Rosas. Aquí realizó un incansable trabajo por el bienestar de las personas mayores, dejando una huella fraterna que perdura en el tiempo.

«En el momento de su partida, saludamos con gran afecto a su familia y rogamos al Señor y a la Santísima Virgen María que extiendan sus brazos y lo acojan con cariño, tal como él lo hizo con muchas personas necesitadas, y en particular con los adultos mayores más pobres y desvalidos, que hoy rezan agradecidos y piden a Dios por su descanso eterno».

Pedro Tomás Allende González (1933 – 2021)

Un testimonio de caridad y servicio

Quienes tuvimos el agrado de conocer y trabajar en la Fundación junto a don Pedro Tomás Allende González, podemos destacar su integridad personal, su profundo y permanente testimonio cristiano, su enorme preocupación por las personas mayores y su gran generosidad en la Misión de Fundación Las Rosas.

Por más de tres décadas, junto a su esposa Paulina Decombe y sus cinco hijos, han estado comprometidos a fondo con el quehacer de los Hogares y las necesidades de los adultos mayores de la Fundación.

El año 2007 vieron materializado el Hogar San Alberto Hurtado en Quillota, siendo don Pedro Tomás su principal gestor y padrino, acogiendo hoy a más de 80 personas mayores: “No existen palabras suficientes para agradecer su enorme bondad y generosidad con el Hogar y los residentes”, comentan desde el Hogar en Quillota… “Su preocupación constante por cada uno de los colaboradores; preguntando siempre si faltaba algo, si estábamos bien; por nuestra salud y la de nuestras familias. Conocía perfectamente el Hogar y se preocupaba de cada detalle; por ejemplo, la mantención del jardín, que estuviera florecido, o que cada celebración fuera una fiesta para las personas mayores”. Así lo recuerdan, con gran cariño, directoras, residentes, cuidadoras y religiosas.

Entre los años 2001 y 2008 ejerció como parte del Directorio de la Fundación, período en el cual apadrinó al Hogar Juan Pablo I, en Independencia. Posteriormente sus hijos Pedro Tomás y Patricio, motivados e inspirados por sus padres, y dando continuidad a su legado solidario, asumirían igual responsabilidad en el Hogar Nuestra Señora del Carmen, en Nogales. Pero el legado no terminaría ahí. Ahora las nueras de Patricio Allende, Rosita Ríos y Valentina Mercadino, han asumido también como madrinas en el Hogar de Nogales, con lo cual ya hablamos de tres generaciones de la familia, que han tomado este bastón de la solidaridad. También su hijo Francisco Javier desde temprana edad está vinculado al directorio de Fundación Las Rosas otorgando asesoría legal.

Siempre ligado al sector agrícola en la Región de Valparaíso, don Pedro Tomás se caracterizó por su energía, espíritu emprendedor y por tender puentes de unidad. En diciembre de 1967, fundó la reconocida empresa Sopraval; mismo año en que nace Fundación Las Rosas, dando inicio a su acción fraterna por los adultos mayores más desposeídos.

A este punto en común, se suma la cercanía y amistad que don Pedro Tomás forjó con el Padre Sergio Correa Gac, fundador de esta obra benéfica. Con el tiempo, esto condujo a cimentar una sólida alianza fraterna en pro de las personas mayores, que se extiende hasta el día de hoy y que ha sido fuente de inspiración para muchas otras empresas e instituciones. Tal es así, que en el año 1988, don Pedro Tomás Allende y el Padre Sergio Correa desarrollaron el ya tradicional “Pavo Fraterno”, evento solidario que anualmente une, en distintos puntos del país, a diversas personas, familias, empresas y autoridades públicas, en apoyo a las personas mayores de Fundación Las Rosas, aquellos que “nada ni a nadie tienen”.

Don Pedro Tomás puso sus valores, motivación y generosidad al servicio de los residentes, del personal y de las religiosas de Fundación Las Rosas. En el momento de su partida, saludamos con gran afecto a su familia y rogamos al Señor y a la Santísima Virgen María que extiendan sus brazos y lo acojan con cariño, tal como él lo hizo con muchas personas necesitadas, y en particular con los adultos mayores más pobres y desvalidos, que hoy rezan agradecidos y piden a Dios por su descanso eterno.

Ignacio Montes Undurraga

Presidente Directorio

Fundación Las Rosas

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