Un voluntariado diferente: alumnas vivieron en la Fundación
Un grupo de estudiantes del Colegio Santa Úrsula de Vitacura vivió a fines de agosto una experiencia muy especial, al poder alojar durante cinco días en dependencias de la Fundación y de esa forma compartir emotivas y alegres jornadas, junto a residentes de dos Hogares, en la comuna de Independencia.
Más que una visita, este voluntariado fue una inmersión en la vida cotidiana de las personas mayores y sus cuidadoras, produciendo inolvidables momentos de encuentro y mutuo aprendizaje, donde las «Ursulinas» pudieron acercarse a la realidad del cuidado de las personas mayores, escuchar sus historias y descubrir la sabiduría que ellas transmiten; a su vez, los residentes se llenaron de alegría con estas visitas, con su cariño y con la energía de las jóvenes voluntarias.
«Como grupo valoramos que pudimos servir, acompañar a los residentes y apoyar en algo a las cuidadoras. En lo personal, me sorprendió las profundas relaciones que se establecen entre quienes conviven en el Hogar; el nivel de respeto, tacto y cariño para tratar los temas y enfrentar los problemas, eso es algo que se valora mucho. Creo que se puede hacer un gran cambio solo con el hecho de ir, acompañar o conversar con una persona mayor» explica María Ignacia.
Gracias a la visita de las Ursulinas, los residentes disfrutaron de distintas actividades: como talleres de cocina, salidas a una plaza cercana al Hogar o celebrar los cumpleaños del mes, entre otras.
“Cada espacio se transformó en una oportunidad para favorecer la participación, fortalecer la autonomía de las personas mayores y, sobre todo, generar un encuentro entre generaciones, lleno de ternura y apoyo”, cuenta el Terapeuta Ocupacional, Nicolás Carrasco, del Hogar Nuestra Señora de Guadalupe.
«Fue una experiencia enriquecedora. Agradecemos mucho a nuestro Colegio y a Fundación Las Rosas. Todas nos llevamos algo en el corazón. Estuvimos de lunes a viernes e hicimos muchas actividades: jugamos bingos, escuchamos música, fuimos a la plaza; a las mujeres les pintamos las uñas. En lo personal, me llevo el conocer realmente la vida de un adulto mayor; creo que una no está realmente involucrada en lo que esto implica.
Mucha gente de mi edad desconoce el abandono en que están algunas personas por parte de sus familiares. Algunos de ellos nos hablaron con lágrimas en los ojos y se notaba que nuestra presencia hacia un cambio muy grande en sus rutinas«, dijo Alejandra, otra de las Ursulinas que participó en el voluntariado.
Al final, todas las jóvenes destacaron que «cuidar no es una tarea fácil; pero es muy lindo ver la buena disposición de todos y el potencial que tenemos todos para ayudar a otros«.
¡Gracias al Colegio Santa Úrsula de Vitacura por regalar tiempo, afecto y esperanza! Esta experiencia quedará en nuestros corazones.



