Columna del Capellán de Fundación Las Rosas, padre Andrés Ariztía.

Transcurridos sus primeros 50 años de vida, Fundación Las Rosas es hoy un signo elocuente de humanidad y esperanza para todos los chilenos.

Esto, en gran medida, lo debemos a ustedes, nuestros Amigos. Sin su compromiso y entrega nada de lo que hacemos sería posible. Ustedes han sabido regalar su tiempo, talentos y recursos a Cristo, quien no ha dudado en tendernos su mano en cada adulto mayor vulnerable y enfermo que ha golpeado nuestra puerta.

La experiencia acumulada en todos estos años constituye un verdadero reto para continuar hacia delante en las próximas décadas. Debemos seguir con nuestra tarea y, ciertamente, no podemos hacerlo sin ustedes.

En 2018 continuaremos con nuestra labor, siempre buscando la excelencia. Haremos todo lo posible por comenzar con la construcción del Hogar Santa Teresa de Los Andes, en Buin, y el Hogar Cristo Nuestra Paz, en Temuco; ambos para 100 residentes, así como la ampliación del hogar de Curicó.

Para la Fundación es un salto al vacío. Confiamos en la Divina Providencia y en la buena voluntad y entendimiento de quienes tienen que tomar las decisiones y le pedimos al Señor que esta enorme responsabilidad la llevemos adelante con creciente fidelidad.

Muchas gracias por su permanente compromiso y entrega. Cuenten con nuestra oración y la de los residentes de Fundación Las Rosas.

Bendición y prosperidad para ustedes y sus familias.

Pbro. Andrés Ariztía de Castro

Capellán Fundación Las Rosas